miércoles, 17 de julio de 2013

"No he acabado contigo..." Capítulo 3º


Tara aparcó el coche cerca del restaurante, había llegado diez minutos antes de la hora. Necesitaba tranquilizarse, no podía evitarlo, estaba nerviosa por la dichosa cita. Habían estado intercambiando mensajes durante toda la semana y finalmente habían decidido que esa tarde no tendrían sexo, solo hablarían. ¿Cómo era posible que le asustara más eso que tener relaciones sexuales con él?

No quería mentirle sobre su vida y no le quedaría más remedio que hacerlo si Damyan le preguntaba demasiado. Estaba cansada de esa situación: años atrás su vida había cambiado y desde entonces estaba huyendo, fingiendo siempre ante los demás ser quien no era… ¡Levaba tanto tiempo así! No quería, pero si no le quedaba más remedio, si él le hacía preguntas íntimas… tendría que mentirle.

Se miró en el espejo retrovisor y se retocó el suave maquillaje. Le había costado un poco decidir qué ponerse, pero al final eligió un vestido negro ajustado, que dejaba la espalda al descubierto y le llegaba por encima de las rodillas. Las sandalias de tacón negras le daban un aspecto más sexy. Quería provocarlo, que no se pudieran tocar no significaba que no fuera a coquetear con él.

domingo, 23 de junio de 2013

"No he acabado contigo..." Capítulo 2º



Después de aquel intenso momento que habían vivido, de nuevo estaban viendo la película. Él agarraba su mano y, de vez en cuando, acariciaba sus dedos. De no haber sido por el calor que seguía teniendo su cuerpo y porque todas sus terminaciones nerviosas estaban en tensión, haciendo que se sintiera sensible y receptiva, Tara habría pensado que nada de aquello había ocurrido.

La situación no era muy cómoda. Ahora que ambos habían saciado sus instintos quedaba el «después». No sabía ni su nombre, ni si se volverían a ver; y solo pensar que no podría tocarlo de nuevo la angustiaba de una forma que no comprendía. Todo lo que envolvía a este hombre hacía que se sintiera extraña, salvaje, confusa y excitada. Demasiadas sensaciones juntas.

En la pantalla apareció la palabra que en ese momento más temía: «Fin». No podía evitar preguntarse si era también el «fin» de todo aquello. Tara decidió ser ella quien pusiera punto y final a esa situación. Le soltó la mano y se levantó para irse. Él la siguió. Percibía su arrolladora presencia en su espalda.

viernes, 7 de junio de 2013

150 Rosas en la Feria del Libro de Madrid

Esta tarde de 18.30 a 21:00, estaremos firmandos las rosas madrileñas en la Feria del Libro.
¡Que ilusión y que ganas!


lunes, 20 de mayo de 2013

Treinta noches con Olivia -- Noe Casado


SINOPSIS


Olivia quiere dar un giro a su monótona vida y buscar nuevas experiencias. Ella ansía vivir una aventura y liberarse de los cánones establecidos. Pero en el pequeño pueblo de Burgos en el que reside no abundan los hombres. La oportunidad de dar rienda suelta a sus fantasías se le presenta cuando aparece Thomas, un inglés estirado y prepotente al que ella no soporta, pero por el que se siente tentada y atraída. Las cosas se complican hasta tal punto que lo que iba a ser un apacible mes de agosto termina desembocando en un tormentoso y ardiente verano, en el que tanto Olivia como Thomas descubrirán que nadie es lo que parece...

OPINIÓN 
 
Tenía ganas de leer algo de Noe Casado y la verdad que no me ha decepcionado, me lo esperaba así. Es una novela de género erótico, fácil de leer, entretenida, fresca y engancha. Noe utiliza un lenguaje explícito  y la verdad que se agradece, me gustan más los libros cuando el autor llama a las cosas por su nombre.

La verdad, que supongo que a mucha gente, en ciertos momentos,  le hubiera gustado matar a Thomas por lo estirado que era, pero yo hubiera matado a Olivia, por no decir las cosas cuando tenía que decirlas y hacer ver cosas que no eran, aunque es cierto, que eso también  es lo que hace más atractivo el libro, pero a veces, me hubiera gustado darles un mamporro a ambos. Afortunadamente está Julia, que es la hermana de Thomas,  para mí es la más madura de la historia, es adolescente, pero mucho más lista que la pareja protagonista, me gustó este personaje.

Los tres tienen un carácter muy distinto uno de otros  y esto hace que tengan situaciones de humor. También me gusta como Noe Casado describe las escenas eróticas y que haya distintos juegos entre ellos.

Lo que quizá destacaría, es que al final  del libro me hubiera gustado que se hubieran dicho más  cosas entre ellos, que se hubieran sincerado mucho más, eso es lo que quizá me faltó. Fue un poco rápido. 

En resumen, un libro entretenido, fresco y sencillo que merece la pena leer.

BOOKTRAILER 

 

viernes, 26 de abril de 2013

Ya está aquí la Antología "La llave"

Hola!! Por fin se ha publicado para ebook, la Antología "La llave". Cincuenta y dos relatos inéditos, entre ellos el mío :-P
Me hace mucha ilusión ser parte de este proyecto, en cuanto lea todos, intentaré hacer una reseña. Tengo muchas ganas de leer los relatos de los otros participantes.
Elle Levy, muchas gracias por hacer esto, debe ser un trabajo duro y que lleva su tiempo, te ha quedado genial.
Animaros y descargároslo, de forma gratuita, en la página del blog de Kiss a book.
Pinchad en la imagen para descargar el libro:





Besos.

domingo, 7 de abril de 2013

Algo más que un sueño.


   Se despertó sobresaltada, de nuevo el mismo sueño recurrente. Cada vez eran más nítidos, más fuertes. El sudor perlaba su frente, el deseo insatisfecho le recorría el cuerpo. ¿Quién era él? Al principio todo era demasiado borroso y confuso, pero poco a poco, iba siendo capaz de apreciar más detalles.

    El sueño siempre comenzaba de la misma forma. Veía a una mujer vestida de blanco, con un libro en la mano, al fondo unas esculturas esbeltas y alargadas.


En ese instante desaparecía, sentía una presencia en su espalda que la observaba y, sin poderlo evitar, comenzaba a temblar. Después de aquello el sueño podía continuar de formas muy distintas, pero cada noche que pasaba iba subiendo la intensidad de sus caricias y el anhelo era mayor.

    Ese hombre misterioso que aparecía en sus sueños, la provocaba y la excitaba de tal forma, que cuando lograba despertarse, el deseo insatisfecho la consumía. Por mucho que se tocaran, por mucho que se besaran, nunca podían llegar al clímax. Era una tortura.
   Día a día se iba convirtiendo en algo más pasional y a la vez más tormentoso. Cuando parecía que ambos iban a llegar al ansiado momento, se despertaba sobresaltada. Siempre ocurría de la misma forma; escuchaba un gran estruendo, parecido a una bandeja chocar contra el suelo y el inconfundible sonido de unos vasos rompiéndose en pedazos. De repente todo se volvía rojo y se despertaba angustiada, confundida y anhelante.

   Hoy había sido el más intenso de todos,  él aparecía por detrás, le acariciaba el cabello de la nuca retirándoselo hacia un lado. Con la otra mano sentía la yema de los dedos subiendo por su brazo desnudo, sin poder evitarlo, su carne se convertía en pequeños puntos receptivos. Sintió el cálido aliento fundirse en su cuello, sus labios chocaron con su piel deslizándose lentamente hacia el hombro. Le agarró el fino tirante que le estorbaba y, despacio, lo bajó por su brazo.

  Poco a poco se dio la vuelta, se encontró con sus ojos clavados en ella, esos ojos de un verde oscuro y profundo. Tenía el pelo completamente rapado y en su ceja, sobresalía un aro de metal que le hacía más misterioso e interesante.

—Bésame —le susurró con un tono ronco y masculino.

   Cuando iba a lanzarse hacia su boca, desapareció, quedándose sola de nuevo. Escuchó risas a su alrededor, la habitación comenzó a dar vueltas, estaba llena de gente que se quedaban mirándola pero no se reían, solo la observaban. Una angustia crecía en su interior, quería que la habitación dejara de girar para poder irse de allí. Se puso a correr, corrió y corrió sin detenerse, aunque por más que lo hacía, sentía que no avanzaba. Exhausta se paró y se apoyó en la pared. Cerró los ojos, intentó coger aire y, en ese momento, una cálida mano la agarró entrelazándose con la suya.

   Abrió los ojos y ahí estaba de nuevo, él tiró de ella, invitando a seguirle. Obedeció y se aferró a su brazo, no quería que volviera desaparecer. Un segundo después, estaban en otra habitación con un gran ventanal y una cama al fondo. Ahora, frente a frente, él metió la mano entre su pelo y la acercó hacía su cuerpo. No quería despertar, sabía que era un sueño, pero necesitaba su presencia, su compañía, todo lo que él le ofrecía. Sus labios se unieron y el deseo se disparó, un gemido salió de la boca masculina. La agarró de la cintura y la subió en la mesa que estaba detrás de ella.

—¿Quién eres…? —preguntó Laila en un susurro.

     Él tapó su boca con un dedo ordenándola callar de forma sutil. Le arrebató otro beso, mucho más intenso y posesivo. Ella comenzó a desabrochar los botones de su camisa, quería tocarle, sentir su cálida piel, la deslizó por sus hombros y se apartó de él.

   Observó el fuerte y ancho tórax, los brazos eran duros y gruesos, deslizó las manos por su piel. Abrasaba, tanto como ella. Él apoyó la mano derecha en su muslo y fue subiendo poco a poco, quemándola. Llegó hasta su caldeado centro, apartó el fino tanga hacia un lado y penetró los dedos en su ardiente humedad. Jadeo excitada y echó la cabeza hacia atrás. Él, cada vez más fogoso, arremetió contra su cuello, la agarró más fuerte y succionó su piel, un escalofrió la atravesó. Iba a llegar al clímax.

  La respiración de ambos se iba alterando, el deseo era tal que apenas podía controlarse, quería fundirse con él, besarle, tocarle hasta averiguar cada resquicio de su cuerpo. Comenzó a desabrocharle los pantalones, pero percibía que llegaba el final, que su sueño iba a concluir. De nuevo escuchó la bandeja contra el suelo y el sonido de los cristales rompiéndose en mil pedazos. Después, el color rojo lo inundó todo.

   Se incorporó en la cama y, se frotó la cara, pasando las manos por el pelo. Cada día se desesperaba más. Fue al baño y se miró en el espejo. El reflejo mostraba una mujer con el cabello rubio y alborotado, su cara estaba sonrosada y el azul de sus ojos era aún más intenso. Cuando fue a lavarse la cara, se vio algo en el cuello. Era como una mancha, se acercó más. Parecía…

—¡Dios mío un chupetón! —dijo en voz alta.

  Lo tocó. ¿Cómo era posible?, no había estado con nadie desde hacía un tiempo, no parecía una mancha, era el típico ronchón que se quedaba una vez que alguien succionaba la piel. El único beso que le habían dado recientemente era en…

—El sueño… —susurró—. No, esto no es posible, me estoy volviendo loca.

   Salió del baño y decidió irse a la cama, mañana era un día muy largo en el trabajo y tenía que intentar dormir. Pensó de manera racional, a lo mejor se había arañado o dado algún golpe sin darse cuenta. Lentamente apoyó la cabeza en la almohada y después de dar mil vueltas de un lado a otro, todo se fue volviendo borroso y la venció el sueño.
.

Apenas pudo concentrarse en el trabajo, no podía parar de pensar en la marca del cuello. Los sueños que tenía eran demasiado reales, estaba casi segura que el chico de sus sueños existía y daría lo que fuera por conocerle. Buscó información sobre viajes astrales, o cualquier cosa que pudiera explicar lo que estaba ocurriendo. Ella, que siempre había sido tan racional, buscaba explicación en cosas ilógicas. Leyó como gente que estaba muy unida podían tener esta clase de sueños, buscándose el uno al otro, pero  no le recordaba y, mucho menos, estaba unida a él, al menos en la vida real, ya que de forma onírica sentía otra cosa completamente distinta.

 Finalmente llegó a casa y se cambió de ropa. Había quedado con Sofía para ir a una exposición de cuadros a la que intentaban ir todos los años. Se puso un vestido negro de tirantes, ajustado hasta la cintura y más suelto por debajo, hacía calor y así estaría más fresca. Se recogió el pelo y se puso las sandalias de tacón.

  Llevaba media hora esperando a su amiga, cuando la llamó y le confirmó que le había surgido algo en el trabajo de última hora y que se iba a retrarsar. Laila decidió esperarla dentro. No había mucha gente, comenzó a ver los distintos cuadros que estaban colgados, la mayoría eran fotos en blanco y negro. Cogió un refresco que le ofrecía un camarero y de repente se quedó paralizada. Allí, frente a ella, en un cuadro en blanco y negro, estaba la mujer de su sueño, con el libro en la mano y las esculturas detrás. En ese momento lo recordó, lo había visto en la exposición del año anterior. Por eso siempre le había parecido tan familiar.

  Como en su sueño, creyó percibir una presencia detrás de su espalda, se giró rápidamente y no había nadie. Miró a su alrededor, pero no reconoció a ninguna persona que estaba allí. No sabía el motivo, pero su corazón palpitaba cada vez más fuerte. 

—Dios, no puedo creer que estés aquí —susurró una voz masculina detrás de su espalda.

Se dio la vuelta y allí estaba él, desnudándola con la mirada, tan intenso y sexy como en sus sueños. Con el pendiente en la ceja y extremadamente erótico. Sin poderlo evitar se le cayó el vaso al suelo. Él sonrió.

—Parece que eres una experta en romper vasos.

   Entonces recordó todo, doce meses atrás, en esa misma exposición, se dio la vuelta bruscamente y, el camarero que justo pasaba por su lado, chocó con ella y la bandeja con las bebidas cayó al suelo produciendo un gran estruendo. Recordó como todo el mundo se quedó mirándola y, al observar a su alrededor, percibió unos intensos ojos verdes clavados en ella. Él llevaba puesto una camiseta roja. Rápidamente ayudó al camarero a recoger los vasos y en cuanto pudo huyó y se fue al baño para que la gente dejara de mirarla. Su consciente se había olvidado de él, pero no su subconsciente.

   Ahora estaban frente a frente. Se aproximó más hacia ella y, despacio, acercó la masculina mano hacia su cara, la acarició suavemente la mejilla, de forma tan tierna que a Laila la descolocó y fue invadida por millones de sensaciones.

—Laila…
—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó algo alarmada.
—Es lo único que pude averiguar de ti, desde entonces te he estado buscando, pero no fui capaz de dar contigo. Solo pude encontrarte en mis sueños…

 La miraba como si fuera un espejismo y tuviera que tocarla para comprobar que era real.

—¿Quién eres? —dijo ella apenas sin voz.
—Alex, mi nombre es Alex.

De pronto se asustó, estaba delante del hombre con el que soñaba, al que deseaba cada noche, era real. Su simple caricia la puso demasiado nerviosa.

—Lo siento —dijo Laila

   Y se fue corriendo, recordó los baños donde se había refugiado la vez anterior. Estaban alejados, al fondo de la galería, nadie iba allí. Necesitaba respirar, aclararse, no sabía que estaba ocurriendo. Llegó y abrió rápidamente la puerta, se apoyó en ella intentando coger aire. Al fondo vio un gran ventanal, como el de su sueño, parecía que todo se había quedado grabado en una parte profunda de su mente. A la izquierda había tres lavabos rodeados de mármol marrón. Se aproximó a uno de ellos y abrió el grifo, acercó los labios al agua y comenzó a beber. Escuchó la puerta y se incorporó. Allí estaba de nuevo. Le había seguido.

—Sigue bebiendo —le dijo con un tono sensual y erótico.

   Ella obedeció y volvió a acercar sus labios al agua. Vio como se aproximaba y dejaba un vaso en el marmol del lavabo.  Acercó sus manos en forma de cuenco, ofreciéndose a que bebiera de ellas. Se dejó llevar y tragó el fresco líquido transparente, sacó la lengua y lamió sus dedos suavemente. Escuchó un gruñido. Le había excitado con ese sensual toque.
   Se incorporó y clavó sus ojos en los de él. Se secó la boca con la mano. No podía evitar sentir esa fuerte atracción, estaban tan cerca, solos y por fin era real.

—¿Sientes lo mismo que yo? —le dijo a la vez que la arrinconaba contra la pared.
—¿Qué sientes?
—Un deseo primitivo e irracional por tu cuerpo, por tocarte, besarte, acariciarte y descubrir cada parte de ti. Desde que te vi, no he podido sacarte de mi cabeza. Te veía en mis sueños cada noche y ahora estás aquí, a mi lado. No puedo dejarte escarpar, siento que formas parte de mí en muchos sentidos, siento que eres mía…

   No hizo falta que ella contestara, la soltó la pinza que tenía en el pelo y ambos se abalanzaron el uno hacia el otro, la estaba desnudando. Laila sentía sus manos mojadas recorriendo su cuello, bajando hacia el pecho. Apretó su pezón humedeciéndolo con la mano. Él se apartó y se sacó la camiseta por la cabeza.



   A Laila casi se le paraliza el corazón, su cuerpo era perfecto, no podía esperar para tocarle, esta vez de verdad. Sentir realmente su piel, su tacto, es lo único que ansiaba. La cogió de la nuca, como en su sueño y la aprisionó contra su cuerpo. Se acercó a su boca y la devoró, salvaje y profundamente. Se besaban como si de pronto se fueran a volver a despertar, querían consumirse hasta saciarse por todo aquel tiempo de anhelo no concebido.

—Joder, estoy tan duro que voy a reventar.

Ambos siguieron desnudándose, jadeando, sin dejar de tocarse, besarse. La fue llevando hasta la ventana. La abrazó, quería sentir su calor, el ardor de su cuerpo, olió su pelo y volvió  a saborear su boca.

—Tantas noches soñando contigo. Ahora puedo olerte, saborearte, acariciarte —le dijo excitado.
—Por favor, que esto no sea un sueño.
—No nena, no lo es.
La levantó y la sentó en el saliente de la ventana.
—Hazlo ya —le dijo ella ansiosa.

   Él obedeció, cogió su grueso pene y de una estocada la embistió, ambos gimieron, ambos se movían como si se fueran a despertar, ansiosos, excitados. Laila le arañaba la espalda, mientras él la besaba salvajemente a la vez que la penetraba una y otra vez, cada vez más profundo, cada vez más fuerte.


 Ella llegó primero, el clímax rugió desde lo más profundo de su ser haciéndola gritar y él la siguió detrás. Liberaron todo el deseo insatisfecho que les había acompañado durante todo ese tiempo, explotaron por todas las sensaciones reprimidas que cada día los había consumido.

   Se abrazaban exhaustos, jadeando, pero en ese instante, el sonido de un vaso rompiéndose contra el suelo hizo despertar sus temores. Asustada le abrazó, no quería que desapareciera de su vida. Esta vez había sido tan real, no podía creer que fuera un sueño.
Ambos miraron al suelo y Alex sonrió.

—Tranquila. Era la copa que había dejado en el mármol cuando entré en el baño —clavó sus ojos en los de ella. —Soy real y te lo voy a demostrar hora tras hora, día tras día.
   Ella le acarició el rostro y le abrazó. Cerró los ojos y lentamente le besó, el beso de una promesa, de un comienzo, de un sueño hecho realidad.
 

Aportación al Juego de invierno, del blog de Cuentos íntimos.


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martes, 26 de marzo de 2013

El eslabón del tiempo - Chus Nevado




SINOPSIS

Tras la muerte de su novio, Chloe ha perdido la ilusión de vivir y los recuerdos no dejan de atormentarla. Hasta que un accidente la deja inconsciente y todo cambia...

Cuando despierta, su pasado ha desaparecido: la joven se encuentra en un castillo, en pleno siglo XVII, donde sin quererlo se verá envuelta en una trama de conspiraciones.Usada como instrumento para una oscura venganza, conocerá a Cedric, un rudo guerrero cuya familia ha sido víctima de una terrible traición.


Aunque odia con toda su alma a ese hombre que le hace sufrir, la hostilidad mutua irá desapareciendo hasta el punto de que él dejará de lado sus obligaciones y la causa por la que lucha, y ella acabará ilusionándose con él. Y pese a que ambos intentarán resistirse, el fuego surgirá. ¿Podrá el amor triunfar sobre el destino?

sábado, 23 de marzo de 2013

Antología "La llave": participa con tu relato

Muy buena idea de Marie April, aquí os dejo el banner para enlazar con su blog, por si alguien quiere participar.


domingo, 17 de febrero de 2013

150 Rosas- I Certamen Literario Divalentis



 
Todavía no me lo puedo creer, es la frase que sigue en mi cabeza. Después de una semana, sigo sin asimilar que han publicado mis dos relatos en el libro de la Editorial Divalentis, llamado “150 Rosas”.

   Estaba en el III Encuentro RA, que me encantó, como lo organizaron, el buen ambiente que había entre todos, lectores, escritores. Me tocaron varios libros y otros que me compré. Volví a encontrarme con escritoras como Noe Casado, Patricia Sutherland, que conocí en el Encuentro RA weekend de Alicante y no las había vuelto a ver.

   Todo fue genial, no se me hizo largo, aprendí muchas cosas y conocí a gente estupenda. Sobre las cinco y media de la tarde, apareció Sergio Guinot de la Editorial Divalentis.

viernes, 15 de febrero de 2013

SOBRE MI


Con todo lo que me gusta hablar, no se como me cuesta tanto poner algo en mi biografía jajaja. Nací en agosto, en pleno veranito, quizá es por eso que odio el frío.
Soy bastante extrovertida y empática (a veces demasiado). Admiro a la gente que intenta superarse en la vida, que trata de crecer como persona y superar sus miedos. Procuro aplicar esto en la mía.
Viví en Dublín durante dos años, sin tener ni idea de inglés, dejando el trabajo que tenía y aunque me asustaba mucho, fue una de las mejores experiencias de mi vida.
Desde que era  muy pequeña tenía un diario, ahora lo leo y me da la risa con las tonterías que escribía. En la adolescencia comencé a leer muchísimo y todavía sigo devorando los libros. Mis favoritos son los que tienen varios géneros juntos, suspense, intriga, amor, erotismo. Aunque desde hace tres años, más o menos, comencé a leer romántica paranormal y  erótica y es un no parar.
Desde pequeña he escrito cosas, pero nunca  le había dado realmente importancia, los tenía guardados en un cajón, hasta que un día, decidí escribir una novela. Empecé sin tomármelo muy en serio, pero mis amigos y mi pareja, al leer algunos capítulos, me animaron a seguir.

En febrero de 2013, fueron seleccionados  mis dos relatos “Ahora y siempre “ y “El beso”, para formar parte de la  antología de “150 Rosas” de la Editoral Divalentis.

Todavía me considero muy novata, pero he creado este blog para seguir aprendiendo, perder mis miedos, aceptar las críticas e intentar superarme día a día.

MIS CITAS FAVORITAS

“Vivir con miedo es como vivir a medias”
“Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caemos”



martes, 5 de febrero de 2013

Continuando la novela...



Después de un tiempo bastante ajetreado, con cambios y más cambios, estrés y más estrés, no me centraba, estaba bloqueada, sin poder dar prioridad a la novela. Sin embargo el otro día, cuando empecé a sentirme más relajada y centrada, volvieron a mi los personajes, comenzaron a hablarme de nuevo y en mi cabeza empezaron a surgir nuevas ideas para plasmarlo en el libro. Me suele pasar, que cuando me despierto en la cama los fines de semana, son las 9:00 y quiero seguir durmiendo, “tengo que aprovechar” pienso, “hoy no tengo que madrugar”, pero de mi cabeza empieza a salir ideas y más ideas hasta que tengo que levantarme de la cama para escribirlas todas antes de que se me olviden, tengo memoria de pez.

domingo, 20 de enero de 2013

Trampas de seda – Mar Carrión




 SINOPSIS
 
Un asesino en serie apodado «El verdugo de Hollywood» tiene en jaque a toda la policía de Los Ángeles. Ya se ha cobrado tres víctimas y una cuarta mujer ha desaparecido y todo apunta a que vuelve a ser él el responsable de su desaparición. Todas son jóvenes, todas chicas muy atractivas y actrices. ¿Coincidencia?

El detective de homicidios Max Craven, encargado de la investigación, aún no tiene pruebas ni fiables ni concluyentes pero sus tripas le dicen que alguna conexión más debe de haber entre todas las víctimas aparte de la obvia.

Alguien de dentro del mundillo del cine se está aprovechando de esa conexión para perpetrar los horribles crímenes que lleva a cabo con cada una de las mujeres; la pregunta es quién. Los listados que se han elaborado para cada una de ellas y que contienen la lista de amigos, familiares y compañeros de trabajo no arrojan ninguna luz. Ningún nombre coincide.

Max sabe que hay más de un gato encerrado y una coincidencia afortunada ha puesto en su camino a Jodie Graham, una actriz cuya vida ya estuvo una vez en peligro y la artífice de que la policía diese con unas pruebas que ha vuelto el caso aún más escalofriante.

¿Podrá hallar al asesino antes de que se cobre una nueva víctima? ¿Quién se esconde tras el macabro apodo?